Toda innovación provoca crisis, todo cambio altera las rutinas, todo avance cuesta de asimilar. Aquí tenéis un ejemplo de lo que digo.
Para que comprobemos que esta no es la única época de cambios trepidantes que ha acontecido en la historia. Y para que constatemos que estos siempre son estimulantes, nos fuerzan a la innovación y la mejora, nos avivan el entendimiento y actúan contra el apoltronamiento y el conformismo. En definitiva, son el mejor antídoto contra el alzheimer ¡Viva el cambio!
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