Otra muestra de la clarividencia de Ken Robinson. Es algo difícil de seguir (para los que no sepan inglés) pero merece la pena apurarlo porque destruye mitos, abre caminos, cuestiona verdades ¿absolutas? en educación y muestra posibles alternativas. Todo ello bien saludable para superar el adocenamiento propio del pensamiento único imperante (también) en los ámbitos educativos.
Disfrutadlo (y criticadlo).
Debemos concienciarnos de la necesidad de trabajar el pensamiento divergente en nuestras escuelas. También me parece interesante el cambio de planteamiento en el paradigma filosófico de la educación, y la clasificación por otras razones de los alumnos y no por edades (ojo con la instauración de guetos por niveles). Bravo por estas reflexiones.
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