Alguien dijo aquello de "La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero". Si esto es cierto de toda certeza no lo es menos que la verdad es escurridiza cuando no veleidosa o antojadiza. Le gusta travestirse en según qué bocas resuene y de todo ello se colige que no es fácil reconocerla y asirla. Para ello Sócrates nos propone este triple filtro que nos ayudará a distinguir aquellos mensajes en los que pueda haber una verdad que nos interese de aquellos en los que hay una mentira interesada.
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