Una mirada lúcida y nostálgica al ayer (o al anteayer mejor dicho). A los de mi edad nos evoca lo vivido en un tiempo pasado (que siempre fue mejor porque nosotros también éramos mejores o al menos más jóvenes) y nos provoca ternura. A los más jóvenes les suscitará incredulidad y asombro. Es fruto de su tiempo hasta el título ya que a nadie se le ocurriría hoy nombrar sólo a los niños varones.
Una mirada atrás cargada de emoción pero sin ira ni reproche.
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