Emotivo corto oriental sobre el sacrificio de un padre por la felicidad de su hija. Es un comercial de una compañía de seguros que consigue emocionarnos (no sé si hasta el punto de hacernos clientes) y también hacernos pensar sobre si el crear un mundo artificial a nuestros hijos ayuda a su formación y a forjar actitudes positivas ante las dificultades.
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