S. Moll pone el dedo en la llaga cuando disecciona con precisión quirúrgica las conductas de los compañeros y compañeras de nuestros claustros que en felicísima y sintética expresión "restan más que suman". Pero no caigamos en señalar con el dedo acusador porque ya se sabe que cuando señalas a alguien con el índice los otros tres dedos te apuntan a ti.
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