Un luminoso fin de semana de marzo ha acogido en Sevilla el V Encuentro Nacional de Orientación. Unos 500 profesionales hemos acudido a este evento desde toda España evidenciando el interés de esta ya consolidada cita de orientadores y orientadoras. Como siempre, junto a la maletita propia de un viaje corto pero intenso, hemos cargado con la ilusión de conocer nuevos compañeros y (re)conocer a aquellos encontrados en pasadas ediciones. También hemos echado en un bolsillo interior el deseo de aprender y compartir con ellos experiencias pasadas y proyectos de futuro.
Por delante debe ir la felicitación a los compañeros de Fapoan, organizadores del Encuentro, por el impecable trabajo organizativo realizado y sobre todo por la calidez humana de su acogida que ha estado a la altura de la fama de la ciudad anfitriona, que ya es estar. Han sido una de las luces de este Encuentro junto con la luz y el sol sevillanos que según Pepe Martín, presidente del comité organizador, ya habían sido “gestionados” por la organización en las instancias pertinentes desde el mismo momento de hacerse cargo del evento.
El completo programa de actividades se ha desarrollado con normalidad y aprovechamiento y paso a hacer un breve recorrido por las más desatacadas.
La parte más teórica ha corrido a cargo de tres conferenciantes sobradamente conocidos en los ámbitos de la psicopedagogía y la orientación.
D. Miguel Ángel Santos Guerra encantó como suele al auditorio con su habitual menú de saber pedagógico y compromiso ético como platos fuertes aderezados con la salsa de sus divertidas anécdotas y vivencias personales y todo ello presentado (emplatado que se dice ahora) con el toque cálido y humano de su acreditada capacidad comunicativa.
D. José Ramón Flecha volvió a fustigar al auditorio con los inapelables e inescrutables argumentos de la CCI (Comunidad Científica Internacional), de la que él parece ser único y genuino portavoz. La actitud prepotente y excluyente del señor Flecha ante todo lo que no sea estrictamente su idea de la excelencia pedagógica llega a hacernos sentir como seres ignorantes e indignos de formar parte del Parnaso de la CCI donde radica toda luz y verdad. El no dominar el inglés, residir en el Sur y tener algunas ideas propias y divergentes de las suyas nos aleja irremediablemente de ese soñado Edén pedagógico en el que él y unos pocos elegidos residen. Y lo curioso es que según los datos del ponente son 60 los centros en los que funcionan las Comunidades de Aprendizaje en toda España y según los datos del MEC son 14345 los centros públicos de Primaria y Secundaria en nuestro territorio. Conclusión, en ese Edén reside un 0,41 % de los centros del Estado Español, mientras que el 99,59 % restante está (estamos) lastimosamente equivocados y condenados a vagar en las tinieblas. Datos avalados por la CCMI (Comunidad Científico Matemática Internacional)
Dña. Ana Freixas expuso una visión creo que ya afortunadamente periclitada de feminismo rancio y poco acorde con la realidad social y educativa actual. Esa concepción revanchista y excluyente de la lucha por la igualdad de género choca con la idea de construcción compartida y solidaria de un nuevo concepto de persona en el que participan activamente ambos sexos sobre principios democráticos de no discriminación y de mérito.
El Programa científico se completó con cuatro mesas redondas sobre temas de gran interés y actualidad para la orientación en las que como es casi habitual e inevitable faltó tiempo para el debate con los asistentes, tal vez por el excesivo número de ponentes en alguna de ellas. Las mesas versaron sobre competencias básicas, convivencia, sociedad y orientación y el orientador como agente de cambio. Asimismo se expusieron a lo largo de la tarde del sábado algunas de las 70 comunicaciones presentadas.
Un Programa como se puede apreciar denso e intenso al que cabe hacer algunas apreciaciones críticas que caen en la zona de sombra. Parece excesivo ocupar casi un 40 % del tiempo dedicado a contenidos científicos con conferencias de carácter teórico y metodología cuasi meramente transmisiva con independencia del mayor o menor interés de sus temáticas o autores. En una actividad que se denomina Encuentro se deberían primar estrategias más participativas que facilitaran el intercambio de experiencias a nivel horizontal entre los participantes y que hubieran posibilitado por ejemplo la exposición de todas las comunicaciones.
Pero volvamos a la zona de luz, que supera con creces a las sombras descritas. Y en ella encontramos el Programa lúdico que nos permitió sentir la emoción estética que provocan la cultura y el arte que inundan las calles y monumentos de Sevilla, explicados por cicerones de excepción en los Reales Alcázares. También nos permitió disfrutar de una visión humorística y socarrona sobre la orientación en el mismo salón de actos que de paso nos descubrió algunos talentos interpretativos entre nuestros compañeros y compañeras. El paseo por el Guadalquivir y la posterior ruta de tapeo y bailoteo (budista, eso sí) facilitó el contacto humano entre los asistentes al Encuentro que adquiría así su pleno significado.
En resumen disfrutamos de tres jornadas llenas de actividad y convivencia en torno a nuestra realidad profesional y personal. Como en todo lo humano hubo las luces y sombras que han quedado expuestas. Sin duda aprenderemos de ambas para futuros Encuentros. Sólo felicitar una vez más a la Organización y emplazarnos a todos a Bilbao 2012 con el deseo de que gocemos allí de unas jornadas que se desarrollen por fin en medio de la PAZ tan largamente deseada para aquellas queridas tierras.
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