Preciosa metáfora de las relaciones humanas cuando se trata de valorar al otro y eso lo hacemos continuamente de una forma u otra. Si nos empeñamos en ver sólo lo negativo, lo diferente, lo segregador, lo que dificulta el cuadro será negro y poco facilitador. Veamos lo positivo, lo que aporta y construye, aunque haya que mirar un poco más a fondo. Vale la pena.
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